domingo, 20 de abril de 2014

R.I.P María Juana

     
Cubrimos el molido cuerpo,
de la difunta María Juana
con un austero vestido blanco.

Con las mismas manos que la mata-mos
cargamos su ataúd hasta el crematorio.

Inhalando su aroma por última vez
respiramos su muerte,
y volamos con ella.
















Es-fumados


Tomados de la mano
mirábamos nuestra ciudad arder,
aun fumábamos.

El inevitable abrazo del fuego
y su caótico orden tiránico,
nos convirtió en fuego.

Deambulamos,
es-fumados
como las llamas errantes
que encendieron nuestros cigarros.