MUERTO



Hoy he muerto
y no es nada parecido
a lo que algunos cuentan por ahí.

No he visto túnel alguno,
ni luz alguna,
ni dios alguno.

Lo único que pude ver
fue a un desmañado integrante de la especie humana
en su estado más patético y vulnerable.

Vi mi rostro en su expresión más desdoblada,
mis músculos en su máximo potencial.
Mis manos plañir.
Mi dolor en holograma.
Mi orgullo debajo de mis zapatos
pegándose como chicle de menta,
verde como mi belfo.
Mi órgano sexual en estado paralítico,
mi culpa exudándose en forma de humor.
Un discurso de mi conciencia,
verborreando glorias,
dando un trance a la libertad eterna,
la libertad eterna abriéndome el camino,
todas las utopías abriéndome el camino,
todo abriéndose a la nada.